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Así se llenó España de cotorras

Actualizado: 12 abr 2019

Según se desprende de un estudio publicado en el diario El País, en junio de 2018, por el periodista Manuel Ansade, más de un millón de loros entraron legalmente al país desde 1986 para ser vendidos como mascotas.


Unas 190.000 cotorras argentinas fueron capturadas en Sudamérica, donde son una plaga agrícola, para venderlas en España.

Un censo elaborado por las organizaciones SEO (Sociedad Española de Ornitología) Birdlife en 2015, con la colaboración de 600 voluntarios, calculó unas 20.000 cotorras argentinas y unas 3.000 cotorras Kramer pululando por las principales ciudades de España. El equipo de Román acaba de confirmar el rostro del culpable de esta invasión: el comercio legal de especies exóticas.


España importó legalmente más de un millón de loros desde 1986, primer año en el que hay registros oficiales, hasta 2015. Unos 190.000 ejemplares fueron cotorras argentinas, procedentes de Uruguay y Argentina, donde se consideran una plaga agrícola y se capturaban para venderlas en España como mascotas. Cerca de 63.000 fueron cotorras de Kramer, con origen en Pakistán y Senegal. Una vez en suelo español, las cotorras aprendían a abrir sus jaulas y se escapaban o eran directamente liberadas por sus dueños. “La cotorra de Kramer es muy agresiva y afecta a todas las especies autóctonas que nidifican en huecos” explica Román. La especie, que puede vivir unos veinte años, está considerada una de las cien invasoras más peligrosas de Europa. Hace nueve meses, investigadores del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) de la Estación Biológica de Doñana alertaron de que las cotorras de Kramer amenazaban la mayor colonia conocida del nóctulo mayor, la especie de murciélago más grande del continente, concentrada en el Parque de María Luisa, en Sevilla. Las cotorras pelean y llegan a matar a los murciélagos, destrozando la frágil piel de sus alas. Las cotorras argentinas, empiezan a salir de las ciudades y ya han arrasado plantaciones de almendros en el litoral de Málaga.

La bióloga Lucrecia Souviron, coautora de la investigación, ha escarbado en los archivos del CITES (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), acerca de un acuerdo que España firmó en 1986 con este organismo. A partir de ese año se comenzaron a declarar y documentar, de forma legal, las importaciones. Los datos, que no reflejan el mercado negro, muestran que las aves exóticas más introducidas fueron los agapornis, unas especies procedentes de África y conocidas vulgarmente como “inseparables”. En 1987, el inseparable cabeza de melocotón fue el ave de jaula más comerciada en el mundo. Se considera amenazada en su país de origen, Tanzania. Los agapornis no invaden los parques españoles, pese a que fueron importados 410.000. El 99% de las cotorras argentinas llegadas a España fueron capturadas en la naturaleza. Y lo mismo ocurrió con el 97 % de las cotorras de Kramer. Cuando se escapaban o eran liberadas, ya sabían vivir en libertad; sin embargo, “los agapornis, están criados en cautividad”, subraya Souviron, también de la Universidad de Málaga.


Distribución de las poblaciones de diferentes razas de cotorra en España.

“La mejor estrategia de control es la caza con balines”, explica la bióloga Lucrecia Souvir

“Se ha actuado demasiado tarde”, lamenta la bióloga. En 2005, la UE prohibió la importación de aves silvestres tras detectarse casos de gripe aviar. En 2013, el Gobierno español prohibió la tenencia y la venta de las dos especies de cotorra, la argentina y la de Kramer. Las poblaciones asilvestradas son tan grandes que se sostienen solas. Y crecen exponencialmente. “La mejor estrategia de control es la caza con balines, pero a muchas entidades animalistas no les gusta”, apunta Souviron. También hay vecinos que han protestado al ver a agentes medioambientales tiroteando aves de vistosos colores en medio de las ciudades.



El trabajo de los investigadores —publicado en Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife alerta de futuras invasiones y plantea mayores restricciones al comercio de fauna exótica. El lorito senegalés no se considera especie invasora y su venta sigue permitida. Sin embargo, empieza a nidificar a la vista de todos en ciudades como Málaga, Valencia, Barcelona e incluso en las Islas Canarias. “Ahora que son seis u ocho ejemplares en Málaga, se podría controlar”, opina Román. “Yo soy partidario del balín, porque es el método más efectivo y barato. Otra cosa es que los ciudadanos estemos dispuestos a pagar una parte de nuestros impuestos para estrategias más caras, como su captura, posiblemente para matarlas después de todas formas”.

Más de 1.200 especies exóticas amenazan la biodiversidad catalana

Según el diario El País[i], Cataluña es una de las regiones de Europa más afectadas por especies exóticas las cuales causan graves estragos al medio ambiente, daña producciones agrícolas o provoca enfermedades, según alerta el EXOCAT (Sistema d'Informació d'Espècies Exòtiques de Catalunya) , un plan impulsado por la Generalitat y coordinado por el CREAF. Los expertos alertan de que frenar su propagación es “una batalla perdida”. El apicultor Samuel Ramal sabe perfectamente lo que es una especie invasora porque hay una en particular que le amarga día a día. “Si el año pasado detectaba a tres o cuatro avispas asiáticas [Vespavelutina], ahora puedo atrapar hasta diez. Son carnívoras, comen abejas, y pocos ejemplares pueden acabar con una de mis colmenas”, explica desde lo alto de un pequeño cerro de Polinyà. La expansión de la avispa asiática ejemplifica lo que en Cataluña ya se ha convertido en costumbre: especies exóticas, ya sean plantas, mamíferos, insectos o anfibios, que se extienden por el territorio y alteran su biodiversidad. “En los últimos 20 años hemos notado una fuerte subida debido fundamentalmente al aumento del comercio entre países, sobre todo el transporte de plantas y madera por mar; y al cambio climático, que ha permitido que algunas de ellas puedan sobrevivir en invierno gracias al aumento de las temperaturas”, explica Víctor Sarto, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona.


Por otro lado, las plantas representan el 58% de todas las especies invasoras detectadas; los pájaros un 14%; los invertebrados terrestres un 13%, y el resto de grupos el 15%, según el EXOCAT (Sistema d'Informació d'Espècies Exòtiques de Catalunya). Sarto también es uno de los investigadores que halló una de las últimas especies exóticas: el escarabajo asiático (Xylotrechuschinensis), conocido como “escarabajo matamoreras”. Desde que un jardinero de Ripolles dio la voz de alarma en 2014, este escarabajo ya se ha extendido por una superficie de unos 44 kilómetros cuadrados. Daña árboles del espacio público y amenaza cosechas. “Se pueden poner más medios para evitar su entrada; pero entiendo que la Administración priorice el dinero para otras áreas como la dependencia. A fin de cuentas, este fenómeno ha venido para quedarse.”, dice resignado Joan Pino, responsable del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales).


Sarto, que llegó a colaborar en el control aduanero del Port de Barcelona “por la falta de medios que había”, recuerda la quema, en una ocasión, de todo un cargamento en el que se había detectado una especie invasora. De entre ellas, las asiáticas son las que suscitan mayor preocupación. “Hacen falta más recursos, más gente, para frenarlas. Llega un volumen muy alto de mercancías, por lo que es muy fácil que se puedan colar. Hay una sensación de batalla perdida. Ya nos hemos acostumbrado a su presencia”, lamenta.

Especies exóticas y enfermedades exóticas: el dengue ya se contrae en Cataluña.

Las especies más problemáticas, sin embargo, pueden ser casi imperceptibles. El mosquito tigre (Aedes albopictus) puede transmitir el Chikungunya[ii], dengue[iii] y Zika[iv], en Cataluña se detectó por primera vez en 2004. Y hay veces que las desgracias de unos se convierten en oportunidades de negocio para otros. En el Delta del Ebro, el cangrejo azul americano (Callinectessapidus) ya se ha convertido en un manjar que puede rondar los 12 euros el kilo. “En el medio acuático existe el problema añadido de los pescadores recreativos que introducen peces para poder pescarlos después”, denuncia Pino.

Autores:

  • Diego Parra Sánchez

  • Sebastián A. Tokes

Curso: 2° ESO D


 

[i] El PAÍS , Carlos Garfella, Barcelona 8 DIC 2018 - 22:26 CET


[ii] La fiebre chikungunya (CHIK) es una enfermedad vírica transmitida por la picadura de mosquitos hembra infectados, Aedes aegypti y Aedes albopictus, por un virus ARN del género alfavirus, familia Togaviriade.


[iii] El dengue es una infección causada por un virus. Usted puede infectarse si un mosquito infectado lo pica.


[iv] El virus del Zika1​ (ZIKV) es un virus del género Flavivirus, de la familiaFlaviviridae, grupo IV del orden sin clasificar2​ que se transmite por la picadura de mosquitos vectores del género Aedes.

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